martes, 3 de marzo de 2015

We Love Padel

¿Podríamos llamarte el deporte príncipe?

Que el Pádel esté de moda no es ninguna casualidad.




Reúne diversas variables que lo hacen muy goloso. Sociable, económico y accesible a todo tipo de edades y niveles. Fácil de aprender, diversidad de pistas (al aire libre, a cubierto), abanico de opciones para jugar y divertido. Las dimensiones de la pista ayudan también para favorecer la facilidad de aprendizaje y para dar mayor juego con las paredes o cristales.

Para los que se inician es un deporte sencillo de aprender y DIVERTIRSE de forma casi inmediata. Esa es la clave del éxito de este deporte. La gente acostumbra a practicar deportes porqué se divierten, porque eso les genera bienestar emocional y salud, vaya, a petición de las endorfinas. Si el deporte es poco accesible o difícil de aprender en poco tiempo lleva a que el esfuerzo a realizar por la persona que lo quiere aprender o practicar disminuya.

Los organizadores de clubes y federaciones de pádel han sabido muy bien cómo gestionar progresivamente el boom y la afición que se va generando por este deporte, que engancha tan rápidamente y en el que un principiante puede estar compitiendo a niveles D o C en cualquier club de la zona, donde además no es necesario pagar para federarse y competir, lo cual aún lo facilita más. Vamos, todo son ventajas para practicar este deporte. Esto indirectamente beneficia a otros deportes de raqueta como pueden ser el Tenis o el Squash, ya que permite que la gente al familiarizarse con la raqueta quiera probar nuevas cosas.

Para aquellos jugadores que llevan ya unos meses o años y están iniciados en la competición, federada o no, es común oírles decir aquello de: Estoy enganchado al pádel. Cuando me dicen de jugar no puedo decir que no, y me encanta!

Bien, cada vez hay más necesidad de aprender bien, con profesores especializados que ayuden a perfeccionar la técnica de aquellos que quieren ganar partidos y ascender de categorías en los torneos y americanas. Un bien para los negocios al fin y al cabo, ya que con el incremento de la fama de éste deporte se han abierto nuevos clubes, pistas, tiendas, se han especializado nuevos profesores.
Un campo que cada vez está siendo más reclamado entre aquellos que ya tienen un nivel suficiente para que factores externos a la técnica afecten a sus victorias, y con lo cual a su rendimiento es el psicológico.

No os descubro nada si os digo que el pádel, más que un deporte de fuerza es un deporte técnico, preciso y que gana el que mayor capacidad tiene para saber leer el juego y colocar la pelota donde el rival no pueda llegar.

Estamos hablando pues de habilidades psicológicas, como la atención, la concentración o la activación.
Hay muchos factores que pueden influir en el rendimiento de un jugador, como bien pueden ser factores climatológicos, por ejemplo el frío o calor, el viento, y por supuesto tener el sol de cara o no e incluso los focos si jugamos en un indoor o de noche.



Además de esos factores afectarán al rendimiento del jugador o equipo aspectos como la comunicación, la presión de si jugamos en alguna competición o bien si jugamos con los amiguetes que conocemos perfectamente.

Nuestro rendimiento no es el mismo, y eso lo podemos trabajar. Seguro que aquellos que ya se han estrenado en algún campeonato han sentido la sensación de encoger el brazo, de no estar atentos al máximo a los rebotes del cristal o se han precipitado al querer acabar un punto cuando no era todavía el momento. Quizás también no han sabido comunicarse correctamente con su pareja de equipo o se han sentido desconectados del partido.
Podemos trabajar también con los entrenadores de pádel, en ayudarles a gestionar y comunicar de manera más eficiente sus indicaciones, consiguiendo así mayores resultados de sus entrenamientos.


El pádel nos da otra ventaja, y es que cada vez se va a generar mayor cultura de este deporte que empiezan a practicar los más pequeños, se crea afición por ver partidos de profesionales y nos seguirá permitiendo teniendo un inmenso abanico de posibilidades, donde la psicología – coaching deportiva tenga una cabida importante para aquellos que quieran que su rendimiento sea más regular, sentir que son capaces de aguantar los factores psicológicos y jugar también con ellos en el partido, y no solamente con un potente saque, un fuerte smash o un drive bien cortado.


Seguimos creciendo, seguimos sumando,  seguimos jugando.